El Partido Revolucionario Democrático ha recibido una invitación formal de la Presidencia de la República para asistir a un desayuno el martes 7 de septiembre de 2010.
La invitación, cursada por la secretaria ejecutiva del Señor Presidente, no indica el propósito de la reunión, ni contiene indicación alguna acerca de la agenda a tratar o sobre quién o quiénes serían los participantes en representación del Gobierno Nacional. Tampoco arroja luces acerca del alcance de este encuentro o reunión política.
Abundante experiencia nos indica que la cortesía y la transparencia no son, precisamente, una virtud del actual Gobierno.
A pesar de ello, estamos convencidos de que un encuentro entre partidos políticos y Gobierno, no puede ser tratado ni manejado como una conversación privada carente de solemnidad y jerarquía. Si hay seriedad en el paso dado por usted, esto amerita, además de la formalidad oportuna de la invitación, contactos personales previos y transparentes para preparar una reunión importante y trascendente.
Convocarnos previa y públicamente, de manera informal e impersonal, como lo ha hecho en los días anteriores el Ministro de la Presidencia, no es serio. Tampoco es serio no preparar adecuadamente esta iniciativa y evitar a toda costa que fracase y abone el terreno de la destrucción de la confianza de los ciudadanos en los partidos y en sus dirigentes políticos.
Lo que si tiene que quedar muy claro es que no aceptamos que se nos inscriba en un escenario mediático al que, desafortunadamente, ya nos tiene acostumbrado su gobierno. Una foto no resuelve el carácter de esta crisis que tiene que ver con la necesidad de dejar de mandar y comenzar a gobernar. Utilizar el diálogo como recurso para remontar el daño que su imagen y su gobierno reflejan en las encuestas, es poco serio.
El Partido Revolucionario Democrático tiene plena conciencia del nivel y de la naturaleza integral de la crisis y de la división a la que ha sido arrastrada la sociedad panameña, en poco más de un año y de quiénes son sus principales responsables. Internacionalmente esto también está claro.
Si usted, Señor Presidente, desea mandar, lo tendrá que hacer cada vez más solo y tendrá que cargar con las pesadas responsabilidades que ello implica.
Si usted, Señor Presidente, desea comenzar a gobernar, estamos y hemos estado en la disposición de contribuir, sin perder ni renunciar a la identidad de nuestro propio proyecto de poder democrático y revolucionario. Estamos dispuestos a construir sociedad y democracia, a construir ciudadanía.
Así lo hicimos en la transición ordenada del poder en el 2009 y lo demostramos al entregarle la economía más sana, robusta y solidaria, que haya tenido nunca la República y que tenía las mejores calificaciones del continente, aunque usted no quiera reconocerlo.
Así lo hicimos cuando su Gobierno cometió los trágicos errores que condujeron al alzamiento de Changuinola. Nuestros dirigentes, ajenos a toda responsabilidad por lo sucedido, contribuyeron como lo exigían las circunstancias de ese momento, a encontrar una solución a los graves enfrentamientos en Changuinola provocados por usted, su gobierno y sus leyes.
No asistiremos a una reunión si previamente no se derogan la Ley 30 conocida como la Ley Chorizo, la Ley 14 conocida como la Ley Carcelazo; si no se abandona de manera clara, la intención de entregarle nuestros recursos naturales a un Estado extranjero cualquiera que este sea, si no se deroga el Decreto 537 que viola la autonomía de las Comarcas Indígenas.
De igual manera, sería inútil desarrollar conversaciones con usted y su gobierno si no cesa la persecución política contra dirigentes de la sociedad civil, periodistas, sindicalistas, empresarios, indígenas y políticos, incluyendo a los de su propia alianza, utilizando el aparato judicial del cual usted ha tomado el control absoluto, violando la Constitución y las leyes, y sin que previamente designe un Procurador titular de la Nación independiente, tal como usted se comprometió con la sociedad civil en las elecciones pasadas, que actué de manera imparcial y objetiva y sin fines políticos.
Por ello, Señor Presidente, hasta tanto no se den estas condiciones sería imposible realizar un diálogo serio y constructivo sin segundas intenciones, sin burlas y sin engaños, como se ha venido realizando en otros escenarios como ha sido la costumbre de su gobierno.
Del Señor Presidente, quedamos de usted, atentamente,
Comité Ejecutivo Nacional
Partido Revolucionario Democrático
Panamá, 6 de septiembre de 2010.